EL ESCORIAL, LUGAR DE TORTURA ANIMAL

Esto es lo que ocurre en la ‘civilizada’ localidad de San Lorenzo del Escorial o ahora conocida como San Lorenzo de la Escoria.
Parece mentira que políticos del PP, retrocedan a moralidades y actitudes medievales sometiendo a cachorros de menos de dos años a una TORTURA que a mí me es imposible de entender, como se puede disfrutar realizando estos actos. Es incomprensible, hay que ser muy cobarde, lo malo es que alguno pensara que esto enaltece su masculinidad, el machote del pueblo, ya pueden presumir en las tascas de su hazaña, .... con becerros de menos de dos años, esto es lo que hacen los que realmente no son mas que unos calzonazos, gentes que arrastran los nudillos al andar... los cobardes miserables, que falta de redaños.

Por eso me uno a la campaña para que NO SE VISITE LA LOCALIDAD DEL ESCORIAL. NO AL TURISMO EN EL ESCORIAL.

Si lo deseas puedes mandarles tu opinión a estas direcciones de correo, pero recuerda se educado no te rebajes a su catadura moral ampliamente  demostrada.

equipodegobierno@aytoescorial.org
ignacioparra@aytoescorial.org

Dejo algunos apuntes de terrible articulo:

El pasado domingo en El Escorial (Madrid) tres becerros, cachorros de menos de dos años, fueron lidiados, torturados y asesinados por vecinos del pueblo, elegidos como matadores en una rifa entre los compradores de un boleto. Su falta de experiencia y su ansia de macabra diversión causó un sufrimiento atroz a los animales, que padecieron incluso la amputación de las orejas estando aún vivos.

El sufrimiento de animales amparado en la tradición y en la diversión es siempre deleznable, pero más aún cuando se trata de cachorros de menos de dos años, que son sometidos a todo tipo de vejaciones y torturas por parte de los “mozos” del pueblo, ávidos de sadismo y sin atisbo alguno de compasión o empatía.

Después de varios años de suspensión de la becerrada, este año el equipo de gobierno municipal, del PP, desoyó las solicitudes formuladas por el Partido Animalista (Pacma), para trasladar la opinión de las más de 14.000 personas que habían pedido con su firma una nueva suspensión.


 Ante la presencia de niños y adolescentes, los inexpertos matadores repitieron sin tino las estocadas, una y otra vez, hasta ir dando muerte a los animales, que, aún agonizantes, sufrían la amputación de las orejas para servir de trofeo a los “mozos”.

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