lunes, 3 de marzo de 2014

MOLINOS Y BATANES


Localización: Cuenca alta del Manzanares. Colmenar Viejo
Distancia: 3 Km ida y vuelta.
Apto niños: Si.
Apto perros: Si.


Puente del Grajal.


Ruta muy corta y sencilla pero que no nos dejara indiferentes, debido al paisaje que el río manzanares nos ofrece y a los elementos históricos por los que transcurre. Ideal para una de esas mañanas tontas.

Parte de una zona que se sitúa en la ctra. de Hoyo de manzanares cerca de la localidad de Colmenar viejo pasado el Km 6 y justo antes de pasar el puente que salva el río Manzanares, encontraremos un desvió a la derecha por un camino de tierra que nos dejara en un pequeño parking (N 40° 38.915 W 003° 48.488).
Esta entrada últimamente,se encuentra en mal estado salvo para vehículos altos por lo que recomiendo dejar el vehículo en algún pequeño descampado antes de llegar al desvío comentado, luego podremos llegar a pie.

En este punto de partida podremos observar la presa del grajal, Inaugurada en 1908, un 19 de Junio por el rey Alfonso XIII embalsaba las aguas del río manzanares, en la actualidad sus compuertas están abiertas, dejando discurrir el caudal del río a su antojo.
Formo parte de una serie de infraestructuras hidráulicas realizadas en la época, por el popular Marques de Santillana.



Poco después nos tropezaremos con el puente del Grajal. Se cree que fue Romano formando parte de la red segundaría de vías romanas que servían como ramales a la principal vía de esta zona, la calzada romana de la Fuenfría.

Digo 'se cree que fue Romano' por que diferentes expertos comentan que no lo fue, si no que trasladan su construcción a tiempos medievales. Según sus observaciones es demasiado estrecho para la época en que muchos otros lo catalogan, la romana.
Por otro lado también hay quien lo cataloga como Andalusí, debido a que presenta una anchura de 3,34 metros, equivalente a seis codos rassasíes, que, junto con los cinco codos, eran los dos anchos más utilizados en los puentes musulmanes.
Esta discrepancia puede ser debida a posibles reconstrucciones debidas a desbordamientos y riadas sufridas, en especial las acaecidas en el 1680 y que han modificado con seguridad su forma y detalles originales, complicando su ubicación en el tiempo.

Continuaremos pasando al otro lado de la carretera, donde tomaremos ya una ancha y cómoda pista.

Observando la rivera del rió, nos encontraremos con las ruinas de mas visibles de tres de los antiguos molinos y batanes con los que la zona en otros tiempos pasados contaba teniendo, cronologías de ellos que datan del  SXVIII.
Alguno de ellos podremos bajar fácilmente a verlos mas de cerca.


El batán (también llamado pisón) es una máquina ideada para batanar o abatanar las telas, es decir, para golpearlas. Cuando se quería que los paños tuvieran una mayor resistencia o un mayor grosor, al salir del telar se les conducía a los batanes donde recibían todo un proceso.
Se colocaban en el interior del recipiente o imia bien doblados en zigzag, en una cantidad determinada de metros (varas se decía) y allí se remojaban durante todo el tiempo que duraba el golpeteo o abatanado. A lo largo de la operación se hacían algunas paradas para cambiar de posición los paños y que el desarrollo resultase uniforme. Los canales de agua hacían mover los mazos.
Una vez secados los paños, los que estaban destinados a mantas pasaban por la cardadora para sacar el pelo con la llamada percha de cardos. Esta operación se llamaba perchar.



La ruta termina al llegar a una pequeña caseta, donde la ancha pista desaparece y son dos las sendas en las que se divide, pero el camino dejado atrás es francamente muy llamativo.

Omito poner tracklog ya que el recorrido es corto y carece de posibles perdidas.



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